El auge de los empleos que permiten trabajar desde cualquier lugar, con compensaciones muy atractivas, alcanzó su punto máximo entre mediados de 2021 y finales de 2022. Sin embargo, este fenómeno global comenzó a perder fuerza, sobre todo debido a las estrategias de retorno a la oficina adoptadas por las empresas en todo el mundo. A pesar de ello, el teletrabajo nunca ha desaparecido, a pesar de los pronósticos que auguraban su fin.
En España, según el último informe de Infojobs sobre el teletrabajo, el modelo híbrido sigue siendo considerado una oportunidad para mejorar la conciliación entre la vida profesional y personal (84%), resultando más motivador para los empleados (64%) y percibiéndose como una ventaja para atraer y retener talento (63%).
La posibilidad de teletrabajar continúa siendo relevante y ahora, con más personas viviendo a mayor distancia de la sede de sus empresas, se convierte en un factor impulsor adicional para estos puestos asociados con la flexibilidad laboral.
Una investigación reciente de la Universidad de Stanford, en la que participó Nicolas Bloom, profesor de Economía con experiencia en empresas como Intel, Apple, Microsoft, Facebook, Google o Twitter, revela que las nuevas contrataciones están contribuyendo al aumento de la distancia entre los empleados y sus empleadores.
Este incremento en la distancia entre los empleados y sus empresas desde el inicio de la pandemia podría explicarse porque los empleados se mantienen en sus trabajos actuales, que ahora son al menos parcialmente remotos, pero deciden mudarse a lugares más lejanos. También puede ser resultado de empresas que contratan trabajadores remotos para nuevos roles creados después de la pandemia, dado que el trabajo a distancia se convirtió en una de las demandas más solicitadas.
Bloom, uno de los pioneros en recomendar políticas de trabajo flexible desde casa, sostiene que "trabajar desde casa hace que las personas sean más felices" y que "trabajar dos o tres días a la semana desde casa, si está bien organizado y administrado, puede mejorar la productividad".
La investigación de Stanford también revela que los Millennials son los que lideran este fenómeno de vivir más lejos de sus empleadores, ya que la distancia a la que viven los empleados de entre 30 y 39 años se ha multiplicado por 2,9, indicando que este grupo está aprovechando la flexibilidad que ofrece el trabajo remoto e híbrido, especialmente al convertirse en padres.
El estudio también señala que los profesionales recién contratados suelen vivir considerablemente más lejos de sus empleadores que aquellos contratados antes de la pandemia. Además, según el reciente Índice de confianza de la fuerza laboral de LinkedIn, el avance profesional, tanto propio como de la pareja, ha sido un factor determinante para algunos trabajadores que se han mudado a más de una hora de distancia de sus familiares y amigos. De hecho, el 35% de los que se alejaron de familiares o amigos declararon haberlo hecho para avanzar en su carrera, mientras que el 16% lo hizo por la carrera de su pareja.
Otra investigación internacional de Randstad subraya la importancia de que los candidatos comprendan el plan de crecimiento profesional al mudarse a otra empresa. Aquellos dispuestos a mudarse demuestran ambición y tienen más oportunidades de destacar profesionalmente en el futuro.
En resumen, el aumento del trabajo remoto e híbrido ha sido uno de los legados más profundos y duraderos de la pandemia de coronavirus, reflejándose en la distancia cada vez mayor entre los trabajadores y sus empleadores. A pesar de la atención centrada en las grandes empresas que exigen el regreso a la oficina, los datos muestran que para las pequeñas y medianas empresas (pymes) sigue existiendo una tendencia sostenida de trabajadores que viven más lejos de las oficinas de sus empleadores incluso casi cuatro años después del inicio de la pandemia.
(Expansión, 28-03-2024)