Conocimiento asesor diario

El BCE teme que se genere un bucle entre deuda e inflación si los gobiernos siguen gastando sin control

El Banco Central Europeo (BCE) lleva meses pidiendo una mejora en la eficiencia y la puntería de las políticas fiscales de los gobiernos. La institución monetaria, con sede en Frankfurt, ve necesario apoyar a los hogares y agentes más vulnerables ante la crisis energética, pero cree que este soporte se debe prestar de forma precisa e hilando muy fino: hay que disparar con fusil de francotirador (balas certeras) y evitar los tiros con escopeta (los perdigones se dispersan e impactan contra todo, el conocido plomeo). Si los gobiernos no afinan el tiro de sus políticas de gasto, y siguen aplicando políticas fiscales expansivas generales, estarán echando más leña al fuego de la inflación, y generando el riesgo de crear un bucle entre deuda pública e inflación que se retroalimente, según ha advertido Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE.

Por un lado, el BCE está intentando aplacar la inflación con fuertes subidas de tipos de interés, que tienen como objetivo enfriar el consumo. Por otro, los gobiernos están dando rienda suelta al gasto (en un intento por reanimar la economía), lo que está estimulando el mismo consumo que el banco central pretender enfriar. Ante este contexto, el BCE ha acelerado el número de advertencias a los gobiernos para intentar poner freno a este choque entre política fiscal (expansiva) y monetaria (contractiva). Se espera que en 2022 y 2023 el déficit fiscal de la zona euro supera de forma holgada el 3% del PIB.

Isabel Schnabel ha señalado durante un discurso que "la política fiscal debe proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad de las consecuencias de las crisis de los precios de la energía y los alimentos. Al mismo tiempo, los gobiernos deben evitar una postura demasiado expansiva que alimente las presiones inflacionarias y aumente la carga de la deuda pública históricamente alta", ha advertido, una vez más, la alemana.

Los gobiernos deben poner el foco en el lado de la oferta más que en el de la demanda. Antes de estimular el consumo hay que asegurarse de que la oferta pueda atender esa demanda sin tensiones de precios. Para ello, los gobiernos "deben dar clara prioridad a las reformas y las inversiones públicas que apoyen el crecimiento potencial y estabilicen la dinámica de la deuda en un entorno de tipos de interés más elevados", sostiene Schnabel.

"Desafortunadamente, esto no es lo que estamos viendo hoy. Muchas de las medidas fiscales adoptadas hasta ahora no han sido específicas, se han dirigido al consumo en lugar de a la inversión y, a menudo, debilitan los incentivos para que las empresas y los hogares reduzcan el consumo de energía", alerta la economista alemana.

Schnabel ha advertido de que la política fiscal debe tener en cuenta las restricciones presupuestarias intertemporales. Las transferencias financiadas con deuda de base amplia, los subsidios o el consumo público hoy implican impuestos más altos o gastos más bajos mañana. Los compromisos creíbles preservan la sostenibilidad fiscal y ayudan a anclar las expectativas de inflación a medio plazo, respaldando la política monetaria".

No obstante, la advertencia más dura no ha llegado hasta el final del su discurso, cuando Schnabel ha elevado el tono de los riesgos para referirse al posible riesgo de un bucle entre inflación y deuda que se retroalimente si los gobiernos no comienzan a mejorar su política fiscal y a reducir el déficit público.