El año ha arrancado con un fuerte impulso en el gasto público, motivado por los compromisos derivados del aumento de los precios. La actualización de las pensiones y los salarios públicos, el encarecimiento de los productos intermedios y el incremento de los intereses de la deuda están ejerciendo presión sobre el presupuesto del Estado al comienzo del año. Durante los dos primeros meses, el gasto ha aumentado un 9% con respecto al mismo período del año anterior, lo que representa un incremento de 2.500 millones de euros. Sin embargo, la recaudación continúa superando las expectativas, lo que está permitiendo compensar este significativo aumento del gasto público.
Los ingresos del Estado han experimentado un aumento cercano al 11% durante los dos primeros meses del año. El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) sigue siendo un impuesto sólido, beneficiándose tanto de la creación de empleo como del aumento de los salarios, ambos muy dinámicos al inicio del año. De los 2.700 millones adicionales de ingresos tributarios, el IRPF ha contribuido con un impresionante 63%. Incluso la elevación del mínimo exento de tributación aprobado por el Gobierno para eximir de retenciones a los beneficiarios del nuevo salario mínimo interprofesional no ha logrado frenar la recaudación. Los ingresos brutos por retenciones están siendo un 7% superiores a los del año anterior, lo que representa casi 1.500 millones más que en los dos primeros meses del año anterior.
Durante la pandemia, el IRPF se ha convertido en el principal impuesto recaudador. Varios factores explican esto, entre ellos el aumento del empleo desde 2021, las subidas salariales debido a la inflación y la regularización de la economía sumergida. Aunque las subidas de impuestos también han tenido un papel, su impacto ha sido menor debido a las contrarrestaciones realizadas en las clases más populares.
En los últimos 12 meses, el IRPF ha aportado el 44,5% de todos los ingresos de la Agencia Tributaria, casi cinco puntos porcentuales más que antes de la pandemia. Mientras que durante la burbuja inmobiliaria, la contribución del IVA y del Impuesto sobre Sociedades era similar a la del IRPF, en la actualidad el IRPF genera más recaudación que estos dos grandes impuestos juntos. Además, el IRPF es altamente progresivo, lo que contribuye a la redistribución de la renta.
Tradicionalmente, se consideraba que el IRPF tenía un mayor impacto en la actividad económica que los impuestos indirectos como el IVA. Sin embargo, existen dudas sobre esta afirmación en los últimos años, ya que la financiación de los servicios públicos también puede contribuir al crecimiento económico, especialmente en el caso de la educación.
En la actualidad, el IRPF está recaudando un 35% más que antes de la pandemia, lo que se traduce en casi 3.000 millones de euros adicionales en promedio cada mes a lo largo del año. Este aumento de los ingresos está permitiendo equilibrar la reducción del déficit público con el aumento del gasto público. Por ejemplo, solo el IRPF ha financiado la mitad del aumento del gasto realizado al inicio del año.
(El Confidencial, 02-04-2024)