La tasa de ahorro de los hogares experimentó un fuerte aumento en 2023, luego de haberse reducido a la mitad en 2022 debido a la espiral inflacionaria. La moderación en el incremento de los precios y la solidez del empleo permitieron a las familias recuperar su capacidad de ahorro, al tiempo que aumentaban su gasto y su capacidad de autofinanciamiento. En consecuencia, la tasa de ahorro de las familias se elevó el año pasado al 11,7% de su renta disponible bruta anual, en comparación con el 7,6% de 2022. Aunque inferior a las tasas de 2021 (13,7%) y 2020 (17,4%), años en los que los hogares acumularon ahorro de manera excepcional debido a las restricciones por la pandemia, supera a la de 2019, el año previo al COVID-19 (8,19%).
Según las estadísticas de las cuentas trimestrales no financieras de los sectores institucionales publicadas por el INE este martes, la renta disponible de las familias aumentó un 11% el año pasado, alcanzando los 923.560 millones de euros. Este incremento se debió principalmente al aumento de los salarios (8,8%), en un contexto de crecimiento del empleo y de los sueldos, así como a los mayores ingresos por prestaciones sociales (9,9%) y rentas de la propiedad (56,4%).
En cuanto al consumo, los hogares destinaron 813.066 millones de euros, un 6,1% y 46.455 millones más que el año anterior. Dado que el aumento de la renta disponible bruta superó al del gasto, el ahorro se disparó un 70,6%, alcanzando los 108.139 millones de euros, 44.760 millones más que en 2022. Esta cantidad ahorrada es similar a la de 2021 (109.975 millones) y solo está por debajo de la excepcional de 2020 (133.428 millones).
La estadística del INE revela que el ahorro total de las familias fue más que suficiente para financiar su inversión (64.539 millones, un 8,1% más, en vivienda o activos financieros), después de que en 2022 estuviera a punto de no hacerlo por primera vez en una década. Por lo tanto, los hogares registraron una capacidad de financiación de 42.361 millones de euros, en comparación con los apenas 2.500 millones del ejercicio anterior.
Por otro lado, la economía española en su conjunto presentó una capacidad de financiación frente al resto del mundo de 54.013 millones de euros el año pasado (3,7% del PIB y un 160% más que en 2022), gracias al excedente de empresas, bancos y familias, que compensaron el déficit de la administración pública. El déficit del sector público acumulado en los doce meses de 2023 se tradujo en una necesidad de financiación de 53.159 millones de euros.
En cuanto a las empresas, aunque redujeron su excedente de explotación en un 3,6% y su ahorro en un 4,3% (hasta los 207.014 millones), pudieron financiar su inversión y mantener un excedente de 32.028 millones (-23,1%). Las entidades financieras, por su parte, vieron aumentar su excedente de explotación en un 65% en un contexto de altos tipos de interés, aunque su ahorro disminuyó un 14,5% (hasta los 38.276 millones). A pesar de esto, les fue suficiente para financiar su inversión y conservar un excedente de 32.783 millones.
(El Periódico, 03-04-2024)